jueves, junio 25, 2009

Orar la sanación de nuestra niñez


Imagina a Jesús Resucitado frente a ti (sabemos que El siempre está con nosotros, nos ayudamos con nuestra imaginación para vivenciar esta realidad). Comienza a hablarle con tus propias palabras, puede ser en voz alta, en un susurro o mentalmente. La siguiente oración puede ser tu guía. Ora en forma pausada y con “todo el corazón” sabiendo que Jesús está frente a ti escuchándote y amándote:
Señor Jesús te pedimos la sanación interior de los años de nuestra niñez.
Jesús, Tú conoces nuestro primer año.
Tú que recibiste tanto amor de José y de María cuando naciste en Belén, mira mi nacimiento. Mira si mi parto fue difícil, si mi vida o la de mi madre estuvo en peligro en ese momento.
Mira los traumas que sufrimos cuando éramos niños, las peleas del hogar, el divorcio de mis padres, el abandono que hizo de mí mi padre (o madre).
Mira la muerte de (nombrar) que al ocurrir nos traumatizó.
Cuando estuve enfermo y no me llevaron al médico. Cuando creí morir. Cuando un animal me asustó.
Toca, Jesús, los miedos que tuvimos en casas desconocidas o con personas extrañas.
Mira, Señor, mi ingreso a la escuela, si recibí burlas por mi color de tez, mi forma de hablar o mi ropa. Cuando fui castigado y no era el culpable. Sáname.
Toca los celos de mis hermanos.
Mira la forma en que fui criado por mis padres: sin amor, o con castigos, con exigencia, con frialdad…
Jesús: llena mi corazón de amor. Perdono a mi papá o mi mamá. Pongo en tus manos todo rencor o resentimiento.
Sana si hemos sido maleducados, o no hemos sido respetados o si fuimos golpeados, castigados o menospreciados.
Te entregamos, Señor, todo hecho doloroso vivido (nómbralos).
Sé que todo lo que miras lo sanas, mira también… (Menciona situaciones que recuerdes que pueden haberte traumatizado o angustiado fuertemente), y cúralos Señor con tu gran amor. Amen


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